Yoga para niños

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Ya desde muy temprana edad resulta ideal iniciar a nuestros pequeños en la enseñanzas y ejercicios yóguicos. A partir de los 4 años, los niños ya están preparados para internalizar gran parte de esta sabiduría por medio de respiraciones, visualizaciones, ciertas asanas, Yamas y Niyamas (códigos de conducta yóguicos), relajaciones, etc…

Los niños absorben como esponjas cualquier conocimiento que les aportemos, no obstante debemos hacerlo como de un juego se tratase, de este modo mantendremos su atención por más tiempo.

A medida que el niño se inicia en la práctica del Yoga estará fortaleciéndose tanto a nivel físico como emocional, tomando conciencia tanto del mundo que le rodea como de su propio YO interior, lo cual le ayudará enormemente a lo largo de toda su vida.

El aprendizaje temprano de los hábitos de vida saludables que trasmite el Yoga va a aportar al niño multitud de beneficios como:

  • Mayor confianza en si mismo
  • Desarrollo de la imaginación
  • Mayor creatividad
  • Reducción del cansancio
  • Aumento de la elasticidad
  • Aumento de la capacidad pulmonar
  • Mayor estado de relajación
  • Mejora de los valores
  • Mayor entusiasmo
  • Desarrollo de la memoria
  • Mayor capacidad de aprendizaje
  • Mejora la autoestima
  • Mayor armonía consigo mismo y con los demás

Antes de la primera clase, debemos de enviar una circular a los padres o tutores del niño donde se indique:

  • Nombre y apellidos del niño
  • Edad del niño
  • Nombre del padre, madre o tutor
  • Teléfono de contacto o email de los padres
  • Qué motivó a los padres a anotar a su hijo al taller de Yoga
  • Qué motivó al niño a acudir al taller
  • “Ficha de salud”, para que los padres indiquen cualquier problema de salud que tenga en niño (alergias, fobias, dolores, operaciones…)

Antes de impartir la clase debemos de buscar un lugar tranquilo y amplio donde no existan elementos que puedan entorpecer la dinámica del taller con distracciones, sobretodo en la pared donde nos encontramos impartiendo la clase, la cual debería de ser totalmente blanca; además debemos de asegurarnos que los niños se encuentran alejados de objetos con los que pudieran lastimarse.

Los niños colocarán sus mochilas y zapatos en un único lugar y durante todas las clases, de este modo les estamos inculcando orden y disciplina.

Además, debemos de identificar a cada alumno lo antes posible para poder llamarlo por su nombre y crear así un vínculo con cada uno; esto se consigue identificando a cada niño gracias a una pegatina pegada en su pecho.

Aunque para la práctica del Yoga suelen utilizarse inciensos, no es recomendable cuando se trabaja con niños, así mismo, antes de comenzar debemos de asegurarnos que todos han ido al baño previamente, de este modo evitaremos interrupciones innecesarias.

El número adecuado de alumnos dependerá de su edad y particularidades, no obstante, para mantener la disciplina del Yoga y asegurar sus enseñanzas, se recomienda no sobrepasar los 12 niños por clase.

Podemos comenzar la clase con algunos ejercicios de asanas propicias para los niños, de este modo comenzarán a tomar conciencia de su cuerpo, posteriormente podemos realizar algún ejercicio de respiración, seguidamente trabaremos con Yamas y Niyamas, para, finalmente, realizar una visualización o relajación final, o bien algún juego.

Si deseas conocer posturas de Yoga propicias para practicar con niños, te invito a ver <<este artículo>>.

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