Relajación prestando atención a nuestro cuerpo

relajacion-cuerpo

Los ejercicios de relajación nos ayudarán a dejar a un lado por un momento la vida cotidiana para pasar a centrarse en el aquí y en el ahora.

Despejando la mente lograremos mayor relajación y tranquilidad interior, el ritmo cardíaco y la presión arterial disminuirán y igual que lo hará la tensión muscular y la respiración.

Nos aseguraremos de que el ambiente de la sala resulte agradable, para lo que utilizaremos una luz tenue, música instrumental suave, así como la adecuada disposición de cojines y esterillas al alcance de los alumnos. La temperatura de la sala ha de ser agradable, no obstante podemos preguntar acerca de la sensación térmica para corregirla en caso necesario.

Nos colocaremos en Savasana o bien en alguna otra postura confortable, y cerramos los ojos. Desde esta posición comenzaremos a prestar atención a la respiración buscando una sensación de abandono.

Soltar los hombros, los músculos de la cara o cualquier otra parte del cuerpo en la que notemos tensión, apreciando como logramos cambiar su estado simplemente con darnos cuenta.

Trataremos de mantenernos centrados en la respiración sin intervenir en ella, simplemente observando como el aire entra y sale de nuestro cuerpo, pero sin hacer ningún esfuerzo adicional.

Seguidamente haremos un recorrido por las distintas partes de cuerpo comenzando con los pies. Visualizamos nuestros pies pesados, libres y relajadamente apoyados en el suelo.

Continuaremos avanzando hacia arriba notando esta misma sensación de pesadez en las rodillas, los muslos, lo glúteos, el abdomen, los hombros, los brazos, las manos, el cuello, los músculos de la cara y finalmente la cabeza, la cual podremos incluso mover suavemente hacia los lados tomando todavía mayor conciencia de relajación.

Una vez concluido este recorrido volveremos a centrarnos en la respiración, inhalando por la nariz y exhalando por la boca. Al tomar aire contar lentamente “uno”, “dos”, “tres”…, al exhalar contar de nuevo “uno”, “dos”, “tres”… y así sucesivamente, manteniendo la concentración en la respiración durante unos 15 o 20 minutos. Si nos vienen a la mente otro tipo de pensamientos que nos aparten del ejercicio, debemos dejarlos pasar con naturalidad.

Tras finalizar, nos tomaremos un tiempo sentados con los ojos cerrados siendo conscientes del trabajo realizado así como del nivel de relajación alcanzado.

Seguidamente abriremos los ojos y nos levantaremos suavemente.

Quizás te podría interesar...